Cuando un franquiciado firma un contrato de franquicia debe tener claras las contraprestaciones que tendrá que pagar al franquiciador.

En nuestro anterior artículo, El contrato de franquicia: concepto y elementos claves, hicimos un análisis preliminar de sus elementos principales, entre los que destacaban la exclusividad territorial, las consideraciones económicas, el uso de marca o su regulación legal. En este nos centraremos en uno de los elementos más relevantes de las consideraciones económicas: los royalties.

Qué son los royalties: definición y concepto

Los royalties, también conocidos como “regalías”, son pagos periódicos que hace el franquiciado al franquiciador durante el transcurso de su relación contractual. Como contraprestación a esos pagos, la parte franquiciada percibirá por ellos una variedad de servicios los cuales serán prestados por la parte franquiciadora. Entre ellos destacan algunos ejemplos, como el asesoramiento comercial, la defensa en los pleitos o los gastos de nuevos elementos decorativos.

En ocasiones, los royalties pueden confundirse con el canon de entrada. Éste, como vimos en otro artículo («Canon de entrada en franquicias: qué es y cómo funciona») consiste en el pago inicial que hace el franquiciado en virtud del cual recibirá los elementos y derechos sustanciales para comenzar su negocio de franquicia, tales como el know-how. Los royalties, por el contrario, se pagarán durante el contrato y los servicios que se incluyen no resultarán tan esenciales para el negocio como los incluidos en el canon. 

Métodos para calcular el monto del royalty

Dependiendo del aspecto a considerar, podemos realizar diversas clasificaciones a la hora de computar el monto de los royalties. El conocimiento de los distintos modos de su cálculo y de su pago resultará esencial en la formalización del contrato de franquicia. 

Según su sistema de cálculo, pueden diferenciarse los métodos siguientes:

1. Porcentual: es el medio más común y suele aplicarse sobre una variable, como, por ejemplo, sobre el importe de las ventas o de los beneficios. Dentro de este método podemos hacer la siguiente subclasificación:

  • Constante: el porcentaje del royalty permanecerá estable independientemente de cualquier posible alteración de las variables.
  • Creciente: el porcentaje aumentará con el transcurso del tiempo pactado y/o con el incremento de una variable.
  • Decreciente: el porcentaje disminuirá a lo largo del tiempo pactado y/o con la reducción de la variable.

2. Fijo: cuando el royalty es una cantidad determinada que permanece constante. 

3. Mixto: consistirá en una combinación de las dos tipologías anteriores, partiéndose de una cuota fija a la que se le suma un porcentaje. 

Asimismo, llegado el momento de efectuar el pago del royalty, encontramos una última diferenciación:

  1. Integrado en el precio total de la compraventa de la franquicia: si el royalty se cobra junto al resto del importe de la operación. 
  2. Por intervalos: existirán varios peldaños de cantidades, ya sean porcentuales o fijas, y en función de cuánto sea una variable (esta suele ser ventas o beneficios), el importe del royalty corresponderá a un intervalo u otro. 
  3. Por módulos: en este caso, existirá un royalty base al que se le añadirá un importe que se calcula a partir de una variable (comúnmente la superficie en metros cuadrados del local, el número de mesas o de vehículos). 

Qué costos cubre un royalty en un negocio franquiciado

Dependiendo de los servicios que incluya, podemos distinguir distintos tipos de royalties

  1. Royalty de litigios: en el caso de que un franquiciado incurra en responsabilidad en su quehacer comercial, la marca cubrirá los gastos de los posibles litigios.
  2. Royalty de subvenciones: con él se cubrirá el pago de servicios profesionales relacionados con la obtención de subvenciones y ayudas con las que financiar las posibles inversiones.
  3. Royalty de inter franquiciados: como indica su nombre, se dará entre franquiciados de una misma cadena, siendo uno de ellos quien prestará un servicio de gestión a otro. En estos casos, suele existir un planteamiento estratégico del franquiciador. 
  4. Royalty de gestión: se dará en aquellos casos, poco frecuentes, en los que el franquiciador se ocupa de la gestión íntegra del negocio mientras el franquiciado únicamente gestiona las inversiones del negocio. 
  5. Royalty de decoración: sufragará los gastos de la adquisición de nuevos elementos decorativos con los que se modifique la imagen del establecimiento del franquiciado. 
  6. Royalty de explotación: es uno de los más importantes, y se destinará a la explotación en exclusiva de los derechos de uso de la marca, además de la asistencia que el franquiciador preste durante la relación comercial.
  7. Royalty máster: es la contraprestación financiera que un franquiciado principal (o máster) desembolsa a cambio de la asistencia técnica y comercial que el franquiciador le preste. Este royalty se pagará con una parte de lo que el franquiciado principal haya recibido de sus sub franquiciados. 

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