Definición de contrato de distribución

El contrato de distribución es un acuerdo mercantil por el cual una parte, denominada proveedor o fabricante, se obliga a suministrar productos a otra parte, el distribuidor, para que éste los comercialice en un determinado territorio y bajo su propio nombre y riesgo. 

Este contrato no está regulado de manera específica en el Código de Comercio ni en el Código Civil español, aunque se reconoce su validez por el principio de libertad de pactos recogido en el artículo 1255 del Código Civil.

Características principales del contrato de distribución

Una de las principales características del contrato de distribución es la autonomía del distribuidor, quien actúa en nombre propio, adquiere los productos y los revende bajo su propia responsabilidad. Esto implica que asume el riesgo comercial, incluyendo el stock que no logre vender. 

A diferencia de otros contratos como el de franquicia, aquí no se transmite formación ni conocimientos específicos. También puede incluir cláusulas de exclusividad territorial, aunque no es un requisito obligatorio. La duración del contrato suele pactarse de manera determinada, con posibilidad de renovación automática o con mecanismos para su resolución anticipada.

Ventajas y desventajas del contrato de distribución

Entre las ventajas de este tipo de contrato destaca que impone menores obligaciones al proveedor, quien no necesita controlar la operativa diaria del distribuidor. Además, el distribuidor suele tener un conocimiento previo del mercado local, lo que facilita la introducción de productos. Asimismo, los costes fijos para el proveedor son más reducidos. 

Por otro lado, el proveedor tiene menor control sobre la forma en que se comercializan los productos, lo que puede afectar su imagen si el distribuidor actúa de manera negligente.

Definición de contrato de franquicia

El contrato de franquicia es un acuerdo mediante el cual una parte, el franquiciador, concede a otra, el franquiciado, a cambio de una contraprestación económica, el derecho a explotar un sistema propio de negocio. 

Este sistema incluye elementos como los signos distintivos, el know-how, la asistencia técnica y comercial, y suele delimitarse territorialmente y por un periodo concreto. Aunque en España no existe una regulación específica integral para este tipo de contrato, sí se aplica el Real Decreto 201/2010 que regula ciertos aspectos de la actividad comercial en régimen de franquicia.

Características principales del contrato de franquicia

En este contrato se permite al franquiciado utilizar los signos distintivos del franquiciador, lo cual refuerza la imagen y notoriedad del negocio. Por su parte, el franquiciador transmite conocimientos técnicos y operativos al franquiciado mediante formación inicial, manuales operativos y asistencia continua. 

Una de sus notas distintivas es la exigencia de uniformidad en la prestación del servicio o la venta de productos. Esta relación también conlleva una asistencia continuada en aspectos técnicos, logísticos y comerciales. El franquiciado suele pagar una contraprestación que puede incluir un canon de entrada y royalties periódicos en función de las ventas.

Ventajas y desventajas del contrato de franquicia

Entre las ventajas de este modelo contractual se encuentra el acceso a un modelo de negocio ya probado y con éxito, lo cual reduce el riesgo para el franquiciado. Además, la utilización de una marca consolidada incrementa la visibilidad del negocio y favorece su aceptación en el mercado. El soporte técnico y la formación constante también constituyen un importante valor añadido. 

Sin embargo, también existen desventajas como la limitada autonomía del franquiciado, quien debe seguir estrictamente las directrices del franquiciador. Asimismo, existe una fuerte dependencia de la estrategia comercial y de la reputación de la marca. El contrato también impone obligaciones estrictas y controles periódicos que pueden resultar exigentes.

Comparativa entre contratos de distribución y de franquicia

Semejanzas entre ambos contratos

Tanto el contrato de distribución como el de franquicia son acuerdos de colaboración comercial de carácter duradero que buscan expandir productos o servicios en nuevos mercados. Ambos pueden establecer cláusulas de exclusividad territorial y se basan en una relación mercantil entre partes independientes.

Diferencias clave entre los contratos

Una de las diferencias más relevantes es la transferencia de know-how, presente solo en el contrato de franquicia. En este último, el franquiciado explota una marca ajena, mientras que el distribuidor actúa bajo su propio nombre o el del proveedor, pero sin integrar el sistema empresarial del proveedor.

El control también difiere significativamente: el franquiciador ejerce un control continuado y sistemático sobre el franquiciado, mientras que en la distribución ese control es limitado. Además, la franquicia suele requerir una inversión inicial mediante el pago de un canon, cosa que no es habitual en los contratos de distribución. Finalmente, cabe destacar que la franquicia está sujeta a una regulación sectorial específica, incluyendo requisitos informativos previos a la firma del contrato.

Recomendaciones según el tipo de negocio

¿Cuándo elegir un contrato de distribución?

El contrato de distribución resulta especialmente adecuado cuando se busca crear una red de ventas rápida y flexible, sin necesidad de controlar la experiencia del cliente ni la forma exacta en que se realiza la venta. También es recomendable cuando se desea reducir los costes de gestión o cuando los productos a comercializar no requieren un servicio especializado ni formación técnica para su venta.

¿Cuándo optar por un contrato de franquicia?

El contrato de franquicia es la opción más acertada cuando se pretende expandir un modelo de negocio exitoso que requiere una experiencia de cliente uniforme en todos los puntos de venta. Es especialmente recomendable si se desea conservar un alto grado de control sobre la marca, los procesos internos y la calidad del servicio. Este tipo de contrato también resulta idóneo para negocios que necesitan transmitir conocimientos técnicos o formación especializada para garantizar su correcto funcionamiento.

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