Elisabetta Morrielli es italiana y vive en Barcelona desde 2009. Vivió y estudió en Roma, hasta que viajó a Montpellier para estudiar un máster. Su pasión era la gestión de proyectos y las temáticas de género y tuvo la oportunidad de ir a vivir y trabajar con UNICEF en Bissau (Guinea Bissau). Al tener a su primer hijo se mudó a París y finalmente a Cali (Colombia) donde estuvo dos años y donde nació su segundo hijo. Llegó a Barcelona hace 11 años. Desde 2020, es socia consultora en RRHH de Globalpacta, un despacho internacional de abogados, consultores y economistas. “Las personas son mi pasión y me dedico a dar servicios a las empresas en su gestión del talento, proyectos de RRHH y de cambios organizativos”, asegura.
¿Por qué escogió Barcelona?
Llegué a Barcelona por primera vez en 2009 como mujer de expatriado, con un desconocimiento total de la cultura y de la historia de Catalunya. Inmediatamente me enamoré de esta ciudad y lo que tenía que ser un paréntesis en mi vida, se convirtió en un proyecto estable. Barcelona me ofreció la oportunidad de formarme en una escuela de negocios, tener una vida profesional con responsabilidades locales e internacionales, una vida social y cultural y también disfrutar en el día a día en familia. En realidad, fue en 2016, después de haber vivido un año en Milán, cuando escogí Barcelona como mi base estable: decidí volver por la calidad de vida, las oportunidades profesionales, las amistades y porque esta es la ciudad donde crecieron mis hijos y donde sé que siempre volverán a verme, vivan donde vivan.
¿Qué aspectos de la ciudad destacaría como positivos?
Desde el primer momento me sentí como en casa. La cultura española es muy similar a la italiana: estar en familia, comer bien, aprovechar cada momento de la vida, salir a tomar algo con amigos. Barcelona es una ciudad relativamente pequeña donde es fácil desplazarse, bien organizada, activa culturalmente y a la vez moderna y con un centro histórico encantador (su arquitectura modernista es fascinante). Lo que más me marcó fue que los barceloneses son muy abiertos a la multiculturalidad. Aquí nunca te sientes juzgado por cómo aparentas, ni por cómo te vistes, por tu acento o por el color de tu piel.
¿Qué aspectos de la ciudad hay que mejorar?
Barcelona merece más seguridad y un turismo de calidad. Me gustaría ver a los barceloneses volver a disfrutar del centro de la ciudad; que la playa de Barcelona y su centro histórico sean un lugar donde pasear tranquilamente en familia de día o de noche. Que las empresas, los turistas y los barceloneses convivan y disfruten conjuntamente de su centro. Por otro lado, hay que aprovechar el talento que tenemos en la ciudad. Me gustaría ver más iniciativas para que personas de orígenes diversos vengan trabajar o a desarrollar su negocio.
¿Cuáles cree que son los puntos fuertes de la ciudad para superar la crisis generada por el covid-19?
Son las personas las que marcan la diferencia. La calidad de vida que tenemos en Barcelona hace que tenga un atractivo increíble tanto para los jóvenes como para las personas con más experiencia. Barcelona es una ciudad creativa, que tiene todo el potencial para ser pionera en innovar en muchos ámbitos y desarrollar un turismo y una economía más sostenible.
¿A qué retos cree que se enfrenta la ciudad una vez remitida la emergencia sanitaria?
Mucha gente ha sufrido y sufre por la crisis, las políticas asistencialistas no han ido acompañadas de iniciativas centradas en sostener la economía. Son las empresas las que crean empleo…. Apoyemos la contratación en este periodo de crisis, ayudemos a los autónomos a mantener y desarrollar su negocio, a los emprendedores a crear los negocios que nos interesan para la Barcelona del futuro.
¿Qué espera de la Barcelona de los próximos años?
Me imagino una ciudad tecnológicamente avanzada, con ‘hubs’ de ‘startups’ en el sector médico, tecnología, medio ambiente… El talento va a permitir transformar la ciudad en un lugar donde habrá un turismo y una economía más sostenible, la ciudad será más de los barceloneses, ya sean nativos o ‘Barcelonian by choice’.
¿Cuál siente que es su ciudad? ¿Qué es lo que más echa de menos?
Es difícil responder a esta pregunta. Me siento seguramente romana pero mi ciudad es Barcelona. Lo que más echo de menos es, sin duda, a mi familia en Roma. Todo el resto lo tengo aquí en Barcelona.