Instagram es una de las redes sociales con mayor número de usuarios a nivel mundial, no en vano, en el mes de enero de 2020, la red social contabilizó más de mil millones de usuarios activos. Esto se traduce en que un poco más de una séptima parte de la población mundial, es usuaria activa de dicha red social. Y es normal debido a la sencillez de su uso, así como la presión social para estar integrado en el mundo de la tecnología y redes sociales para compartir con tus conocidos aspectos y momentos de tu vida.

Pero ya no solo se utiliza Instagram como red social para compartir contenido con tus conocidos, sino que se ha convertido en un espacio digital idóneo para poder dar publicidad a negocios, creaciones artísticas, literarias o de cualquier tipo ante un potencial público de más de mil millones de personas, casi nada. Actualmente Instagram se ha convertido en un expositor mundial para darse a conocer.

Sin embargo, ¿sabemos con seguridad que puede hacer Instagram con nuestras publicaciones?

Para conocer qué derechos otorgamos a Instagram cuando utilizamos su aplicación, debemos acudir a las famosas y olvidadas Condiciones de Uso; aquellas que la mayoría de personas nunca leemos y aceptamos sin más miramientos. Estas Condiciones de Uso, tras navegar un poco entre una mezcla de lenguaje jurídico y coloquial, para hacerlas más comprensibles, llegamos al apartado “Permisos que nos concedes”.

Dentro de este apartado nos encontramos con todos los derechos que concedemos a Instagram al publicar una imagen o vídeo en la red social. Resulta llamativo el primer punto del apartado que establece “No reclamamos la propiedad de tu contenido, sino que nos concedes una licencia para usarlo”, y la licencia abarca los siguientes derechos:

Tus derechos sobre el contenido no cambiarán. No reclamamos la propiedad del contenido que publicas en el Servicio o a través de este. En lugar de ello, cuando compartes, publicas o subes contenido que se encuentra protegido por derechos de propiedad intelectual (como fotos o vídeos) en nuestro Servicio, o en relación con este, de conformidad con el presente acuerdo nos concedes una licencia mundial, no exclusiva, transferible, sublicenciable y exenta de pagos por derechos de autor para alojar, distribuir, modificar, mantener, reproducir, mostrar o comunicar públicamente y traducir tu contenido, así como para crear contenido derivado (de conformidad con tu configuración de privacidad y de la aplicación).

Dentro de esta completa licencia que le otorgamos, se desprenden características que por el servicio que prestan son lógicas de ceder. Entre ellas están la licencia a nivel mundial, el alojamiento, mantenimiento, reproducción, mostrar y traducir el contenido, ya que gracias a ello la red social funciona y, para situaciones en las que los usuarios quieren darse a conocer vienen como anillo al dedo.

Sin embargo, se debe tener en cuenta la cesión del derecho a modificar y crear contenido derivado, ya que les estamos otorgando el derecho de poder realizar cualquier cambio en nuestras publicaciones, así como la creación de contenido a partir de nuestras publicaciones. A primera vista no parece muy importante, pero si se le añade que estos derechos pueden utilizarlos a nivel mundial, pudiendo transferirlos y sublicenciarlos, la situación ya se agrava. Es decir, que puede ceder (incluso por un precio) nuestras publicaciones a otras personas o empresas para que puedan utilizarlas para cualquier fin, sin olvidarnos que, al otorgar la licencia gratuita, no recibiremos compensación económica alguna. Por lo que no debería sorprendernos encontrarnos en algún cártel publicitario o anuncio alguna publicación nuestra.

Todo lo expuesto no significa que Instagram realmente llegue a utilizar dicha licencia con todos los derechos que le otorgamos, ya que, de hacerlo, vería como su popularidad y uso descenderían en picado al crear inseguridad frente a los usuarios. Sin embargo, debemos de estar más atentos a las condiciones que aceptamos al registrarnos en cualquier red social o contenido online, debiendo hacer el esfuerzo de leer las condiciones de uso que nos ofrecen este tipo de servicios.

Gonzalo Xancó Zaforteza